martes, 6 de marzo de 2012

Un encanto de película

Medianoche en París
Woody Allen despliega una poética idílica representando los sueños e imaginación de todos aquellos que viven idealizando situaciones en su vida. Esta película es un festín de fantasías que el autor le brinda a todos aquellos espectadores que alguna vez añoraron vivir en otro tiempo y convivir con los personajes de una época en cuestión.

Gracias a la sutil actuación de Owen Wilson nos ponemos en la mente del protagonista y sus delirios, deambulamos por la maravillosa ciudad de París y sus recovecos. París, la ciudad del amor, y si hay amor, hay sueños y si hay sueños, también hay realidad. Porque siempre habrá dos opuestos como el día y la noche, como el blanco y el negro, como el protagonista y su novia (más su familia). También habrá dos bandos, aquellos que aman la lluvia y aquellos otros que se rehúsan a su existencia ocasional; también estarán aquellos que creen y aquellos que no.

Pero en esta película no sólo se trata de apreciar París desde la visión del director (que vemos cuanto le agrada), sino que se trata de creer en la simplicidad, en el amor y, por supuesto, en las ilusiones. Que uno puede cumplir con sus metas cuando y donde menos se lo crea.

Básicamente, se trata en creer en uno mismo, más allá de lo real o lo imaginario. Más allá de unos o de otros.

2 “minis comentarios”

TN
Además de que tienen unos (no todos) periodistas insoportables como los de C5N, evidentemente, algunos no saben que Corrientes y Sarmiento son paralelas; y que en vez de ser menos serios prefieren hablar de un “mix de nubes, sol y lluvias” para referirse a una específica jornada climática, como si fuera un “mix de achuras”. Mejor no debatamos sobre cómo debe ser el discurso que deben emplear los canales de noticias en estos tiempos.

Atenti que bajó la temperatura
Día soleado en Capital Federal, 16 grados por la mañana con %80 de humedad. ¡Precioso! Excepto por la temperatura corporal y la mente de la gente que ya siente y ve por tele el frío polar en las aceras de la ciudad, puesto que las ventanillas de los colectivos están todas cerradas. Como si viviéramos en Siberia…
¿Tan miedosos son los patéticos citadinos ante 16 grados por la mañana, cuando la máxima será de 28, aun seguimos en verano y vivimos en una ciudad “húmeda”? Una vez más, el colmo sobre 4 ruedas.
Aclaración: si estoy exagerando, háganmelo saber.
¡Gracias!