martes, 22 de mayo de 2012

Obra de teatro: LA CABRA… O Quién es Sylvia?


Ficha técnica: interpretes: Julio Chávez, Viviana Saccone (menos mal que no es Cecilia Roth), Vando Villamil y Santiago García Rosa. Autor: Edward Albee. Director: Julio Chávez. Duración: 1hr 15min (justa y concisa)
Esta es una obra multipremiada la cual se le ha otorgado galardones como el Tony, el New York Drama Critics Circle, el Drama Desk y el Outer Critics Circle.

No todo es lo que parece, ni nada es color de rosas

La cabra es una obra de teatro que posee un texto fuerte y atrapante, ya que a nivel temático nos plantea un asunto “delicado”, en este caso, cuál es el límite cuando un ser humano siente deseos “impensables” hacia un animal, traspasando la barrera del simple cariño o la adoración. La obra nos invita a reflexionar éticamente sobre qué debe hacer y cómo debe comportarse una persona ante una situación como la que vive el protagonista cuando, inesperadamente, su vida armoniosamente familiar se ve truncada cuando se enamora perdidamente de una cabra.

Esta obra no es simbólica ni absurda, es bastante realista, más si nos basamos en los hechos atroces, aberrantes y descabellados que vemos por televisión o leemos desde la página Web del noticiero de Crónica, detallando las noticias más estrafalarias, delirantes y anormales que suceden en el mundo que nos toca vivir hoy.

Cómo está planteada y cómo está representada hace que llegue al público de manera conmovedora. Es una obra que a nivel enunciativo nos mantiene expectantes y nos sorprende con el final estremecedor, dando paso a la resolución del conflicto, o no, dependiendo desde el punto de vista de los protagonistas.

La escena dramática la cual nos enfrentamos, nos envuelve en una atmósfera trágica y cargada de tensión que no deja de tener tintes cómicos y que no pierde el hilo de la situación. Vemos cuatro personajes en escena, pero hay un quinto invisible que es más protagonista que todos, porque es el que desencadena las peleas, los gritos y la euforia entre los actuantes; es la inocente cabra la provocadora del conflicto menos pensado: la ruptura de la calma familiar, la exposición de las miserias y los deseos oscuros de los protagonistas.

Esta obra es sumamente recomendable, no sólo por la historia que el autor ha creado para el público, sino porque estamos ante la presencia de grandes actores en escena que llenan el espacio gracias a su profesionalidad, compromiso y actitud. 

jueves, 3 de mayo de 2012

La pasión globalizada. Entre mí, está el pasado y el comercio


Demostramos el sentimiento, algo abstracto, a través de algo concreto, por ejemplo, una camiseta.

Antes, mucho antes del boom de la globalización y todo lo que ésta conlleva, contrae y contiene, una persona solía ser hincha de un equipo de fútbol. Un equipo que era su vida, su pasión más sagrada. Usaba sólo una camiseta, la que tenía los colores de sus amores, pero ahora, con toda la información que hay y, por suerte, la lejanía es más cercana, se puede ser fanático de más equipos que forman parte de este deporte que une a todo el mundo. Ahora, no sólo se lleva la camiseta de algún equipo nacional preferido, sino que los equipos extranjeros están cada vez más de moda (y, claro, la pasión más dividida).
Debido a las ventas ocasionadas por la oferta y la demanda, se ven en las calles, tanto en los locales, como en los niños y mayores, camisetas de equipos “campeones”, como el Barça y el Real Madrid, el Manchester United y el Chelsea y los "Milans" de Italia. Pero hay gente que siente pasión por otros colores, por otras historias, por otras formaciones que no se les hace tan fácil ganar como los dos nombrados principalmente. Como es mi caso.

Cuando el tío Salva apareció en nuestras vidas trajo consigo una “curiosidad”, la de ser del Atlético de Madrid. Aquí, entre nosotros, un asturiano bien colchonero. En su primera visita, no recuerdo por qué, también traía con él algo para mí: la camiseta del equipo rojiblanco. Quizás, habría sido un intercambio de equipos, él se hacía de San Lorenzo y yo del Atleti. Desde ese momento, yo soy una colchonera más y, por supuesto, el resto de la familia del Barcelona. Por suerte, tenemos algo en común: detestar a los merengues. El tío Salva no sólo me incentivó -disimuladamente- a leer Cien años de soledad (uno de mis libros favoritos) y también a presentarme a Doña Bárbara, sino que además logró hacerme hincha de un club más: del Atlético de Madrid.

Hace un tiempo me empeñé con que quería tener la nueva y preciosa casaca del Atlético. Vi una luz de esperanza, y me causó mucha sorpresa, cuando la encontré en el local de Nike del Abasto, pero tenía en talle M. Mis ilusiones se pincharon cuando no la encontré en ningún otro lado, y todos aclamaban que había problemas con las importaciones (raro, cuando las del Barça y las del Real Madrid florecen a borbotones en todos los tamaños, para grandes y chicos). No sabemos si era un problema de importación -es decir, por culpa del bigotudo innombrable- o si estaban probando si vendían esas camisetas. Por suerte, hay un modo de comprar lo que uno quiere y es por medio de Internet. Si bien no conseguí talle M de niño, que era el que me hubiese quedado perfecto, llegó finalmente el talle S de hombres que me queda tan grande como un camisón de dormir. Pero ese es tan sólo un detalle, porque la camiseta del Atlético temporada 2011-2012 está entre nosotros, mejor dicho, conmigo.   .  

Para todos aquellos que tienen pasión por equipos los cuales no consiguen sus camisetas u otras cosas, no pierdan las esperanzas, que Moreno, que por suerte no es Mariano, no nos va a ganar, y tampoco el “fanatismo supremo de los grandes” que cada vez cobran más adeptos. ¡A por ellos y olé…!

Comparación odiosa


Guardiola se fue del club de sus amores porque “estaba cansado”, porque “4 años es mucho”. Sir Alex Fergurson está en el Manchester United desde hace más de 25 años, tiene 30 años más que el catalán y no parece estar cansado para nada. Lo que es cada uno, ¿no?