domingo, 19 de abril de 2015

El eterno enamorado. Gabo, a un año…

“Dile que sí, aunque te mueras de miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no”

“No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad”

“Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo”

“Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estes triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa”

“Recordar es fácil para el que tiene memoria, olvidar es difícil para el que tiene corazón”

“Sólo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser” 

Amores perros

Como hace mucho que no escribo decidí hacer un sorteo entre varios títulos de libros que tengo en mi biblioteca y por alguna razón rebuscada del destino salió elegido Cumbres borrascosas. Automáticamente se me vino a la mente la película protagonizada por Ralph Fiennes y Juliette Binoche. La finalidad de esto era escribir una estrofa o frase que marcara la vida de los protagonistas y de hecho de los lectores también. En este caso, la autora Emily Bronte fue malvadamente imaginativa al escribir lo siguiente que reescribiré. Para ubicarlos, son los momentos previos a que Catherine tuviera a su hija y Heathcliff la haya ido a visitar, y luego cuando este se entera que ella muere.
A continuación, los desgarradores diálogos.

C: “Has conseguido tu objeto, me has matado. Tú eres muy fuerte. ¿Cuántos años piensas vivir después de que yo muera?”
H: “No me atormentes Catherine, que me siento tan loco como tú” (…). “Sin duda, estas poseída por el demonio, al hablarme de esa manera cuando tu estas muriendo. ¿Comprendes que tus palabras se grabaran en mi memoria como un hierro ardiendo y que seguiré acercándome a ellas cuando tú ya no existas? Te consta que mientes al decir que yo te he matado. ¿No basta a tu diabólico egoísmo el pensar que, cuando tu descanses en paz, yo me retorceré entre todas las torturas del infierno?”
C: “Es que no descansaré en paz” (…)
H: “Ahora demuestras lo cruel y falsa que has sido conmigo. ¿Por qué me desdeñaste? ¿Por qué hiciste traición a tu propia alma? No sé decirte ni una palabra de consuelo, no te lo mereces. Tu misma te has matado. Si me querías ¿con que derecho me abandonaste? Ni la miseria, ni la bajeza, ni aun la muerte nos hubieran separado, y tu, sin embargo, nos separaste por tu propia voluntad. No soy yo quien ha desgarrado tu corazón. Has sido tú, y al desgarrártelo has destrozado el mío” (…) “¡Amo a quien me mata! ¿Pero cómo puedo perdonar a quien acaba con tu vida?”.

La criada le da la noticia de la muerte de Catherine a Heathcliff y él reacciona así.

H: “Ha muerto. No me vengas con tus llantos. ¡Idos todos al diablo! ¿De qué le servirán vuestras lagrimas?”
La criada: “Desdichado. Tienes corazón y nervios como cualquier otro. ¿Por qué ese empeño en ocultarlos?”
H: “¡Ojalá despierte entre mil tormentos! Ha sido falsa hasta el fin. Haga dios que no reposes mientras yo viva. Si es cierto que yo te maté, persígueme. Sígueme hasta que me enloquezcas. Pero no me dejes solo en este abismo. ¡No puedo vivir sin mi vida, no puedo vivir sin mi alma!”
   
Tiempo después, un ya desvariado Heathcliff dice: “Ordené al sepultero que quitase la tierra de la fosa de Catherine, y lo hice abrir. ¡Sigue siendo la misma!”

Es aconsejable leer esta novela maravillosa que ha perdurado en el tiempo. De lo contrario, mirar la película (hay varias versiones pero la que aconsejo es la de 1992). Mueran un rato de amor.