Ficha técnica: interpretes: Julio Chávez,
Viviana Saccone (menos mal que no es Cecilia Roth), Vando Villamil y Santiago
García Rosa. Autor: Edward Albee. Director: Julio Chávez. Duración:
1hr 15min (justa y concisa)
Esta es una obra multipremiada
la cual se le ha otorgado galardones como el Tony, el New York Drama
Critics Circle, el Drama Desk y el Outer Critics Circle.
No todo es lo que
parece, ni nada es color de rosas
La cabra es una
obra de teatro que posee un texto fuerte y atrapante, ya que a nivel temático
nos plantea un asunto “delicado”, en este caso, cuál es el límite cuando un ser
humano siente deseos “impensables” hacia un animal, traspasando la barrera del
simple cariño o la adoración. La obra nos invita a reflexionar éticamente sobre
qué debe hacer y cómo debe comportarse una persona ante una situación como la que
vive el protagonista cuando, inesperadamente, su vida armoniosamente familiar
se ve truncada cuando se enamora perdidamente de una cabra.
Esta obra no es
simbólica ni absurda, es bastante realista, más si nos basamos en los hechos
atroces, aberrantes y descabellados que vemos por televisión o leemos desde la
página Web del noticiero de Crónica, detallando
las noticias más estrafalarias, delirantes y anormales que suceden en el mundo
que nos toca vivir hoy.
Cómo está planteada y
cómo está representada hace que llegue al público de manera conmovedora. Es una
obra que a nivel enunciativo nos mantiene expectantes y nos sorprende con el
final estremecedor, dando paso a la resolución del conflicto, o no, dependiendo
desde el punto de vista de los protagonistas.
La escena dramática la
cual nos enfrentamos, nos envuelve en una atmósfera trágica y cargada de
tensión que no deja de tener tintes cómicos y que no pierde el hilo de la
situación. Vemos cuatro personajes en escena, pero hay un quinto invisible que
es más protagonista que todos, porque es el que desencadena las peleas, los
gritos y la euforia entre los actuantes; es la inocente cabra la provocadora
del conflicto menos pensado: la ruptura de la calma familiar, la exposición de
las miserias y los deseos oscuros de los protagonistas.
Esta obra es
sumamente recomendable, no sólo por la historia que el autor ha creado para el
público, sino porque estamos ante la presencia de grandes actores en escena que
llenan el espacio gracias a su profesionalidad, compromiso y actitud.