Después de pensarla,
pensarla y pensarla mucho tiempo, decidí comprarme una bicicleta. Después de
las listas de pro y contras mentales, ganó por mayoría las ventajas. No esperar
más el colectivo, no esperar a que abran las ventanillas, no esperar un asiento
libre, no ir apretada y con calor, la música indeseada, entre otras cosas.
Gracias al metrobus de la 9 julio llegaba rápido al trabajo (previo si no había
tránsito lento en av. Las Heras o av. Santa Fe), pero la última marcha de
protesta encabezada por los mismos de siempre que cortaban el libre paso me dio
el ultimátum y decidí que era el momento de intentar hacer lo que está haciendo
mucha gente, movilizarse por la ciudad en dos ruedas. Recordé que cuando era
chica y andaba en bicicleta me daba felicidad ¿por qué no continuar con eso
dentro de este mundo cada vez más estresante? El sistema de ciclovías está más
o menos bien pensando y es bastante transitado, lástima las dificultades del
asfalto y otros obstáculos producto de las acciones inhumanas de los humanos,
pero lo ideal es que tanto transeúntes, ciclistas y automovilistas podamos
respetarnos y convivir entre todos.
Días después de andar y vivir “otros obstáculos” fuera del colectivo recuerdo
esto…
Cuando tenía 9, 10 años
estaba aprendiendo a cruzar la calle sola. Típico acontecimiento que uno se
olvida como cuando le dan las llaves propias, finalmente. Una noche llegamos a
casa y dejamos el auto enfrente de la puerta de entrada y como no venia nadie
del lado de los autos, me mandé y crucé. Pero no vi que del otro lado venia un
ciclista y me llevó puesta. Mi madre le dijo de todo al hombre, que recuerdo
que era calvo, porque venía en contramano... Y a mí también me dijo algunas
cosas después de preguntarme desesperadamente si estaba bien. Pero lo más
importante y repetitivo de ahí en adelante fue “mirá siempre para los dos lados antes de cruzar”. Ahora que ando en
bicicleta la repito todos los días cuando veo a ese alguien desinteresado que
evidentemente no tuvo una experiencia traumática o una madre que le diga cómo
cruzar.
La gente cruza mal, por
cualquier lado, la gente sabe que puede venir un auto, pero no tiene noción de
que puede venir una bicicleta y ni siquiera tienen asimilado el ruido del
timbre/bocina. Yo no ideé las bicisendas de doble mano y que, por consiguiente,
un lado sea contramano en sentido de los autos y en sentido de la mente de la
gente. Como toda persona que respeta y que aun no pierde los valores tengo que
soportar: a los apurados que cruzan en verde cuando los autos están parados, a
los cartoneros que se adueñan del carril porque deben creer que somos tan solo
unas bicicletas, a los motoqueros que se olvidan de que tienen licencia y que
no son motosendas, los conteiners de basura, los volquetes, camiones de carga, aquellos
desinteresados que llevan esos carros de dos ruedas para transportar cosas, a
los bicipanaderos que usan el celular en el camino y, por último, a la que anda
en rollers sacándose selfies. Me olvidaba de las palomas que son bastante
suicidas y tampoco se acostumbran al hecho. Con esto hay que lidiar todos los
días, siempre y cuando quieras llevar una vida “sana y equilibrada” “y querer
contribuir con el medio ambiente”. Qué pena que ni siquiera nos interese la
seguridad vial. Somos una sociedad caótica y desinteresa donde el otro es nada
y “vos sos el mejor y nadie te puede decir lo que hacer”.
En fin, seamos responsables y conscientes, seamos felices. Hagamos lo que
podamos ¿o lo que querramos?
La bici te hace libre!!
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