jueves, 24 de septiembre de 2015

Carta a Borges

Querido J.L.B.,
Me puse como meta leer El aleph, Historia universal de la infamia y Ficciones, ya que eran las tres obras que se encontraban en la biblioteca de mi madre. Semejante objetivo casi finalizado, porque aun me cuestan tus Ficciones fue comparado con subir el cerro San Antonio de Piriapolis en pleno febrero en un día maravilloso con más de 30 grados y con remera negra para variar y absorber el divino calor, pero con final feliz (buena vista, torta frita y juguito). Esto se me ocurrió ya que, inevitablemente, paso todos los días por la puerta de la ex biblioteca nacional donde fuiste director por 18 años, ya prácticamente ciego. Si tendrías la oportunidad de caminar por la incómoda y rotosa calle México en San Telmo con tu ceguera sería más que traumático aunque, en realidad, es paradójica la cuestión ya que ahora el edificio es el Centro Nacional de la Música y allí se suele juntar la Banda Sinfónica de Ciegos. 

PD:

Mientras leía parecía que me contabas esos cuentos con tu característica voz tan pausada, y leer otros volúmenes de tus obras quizás sea parecido a escalar el Everest. No sos para nada fácil, aun así entiendo la admiración que tenían las hermanas Ocampo y tu fiel amigo Bioy por vos. Debo comunicarte que toda esa zona y alrededores puede que ya no se parezca mucho o en casi nada a todo lo que viviste y recorriste.

3 comentarios:

  1. Noemí Casas Freire6 de octubre de 2015, 14:13

    Qué lindo que te gustaron los cuentos!!. Es que para leer a Borges es necesario hacerlo cómo vos decís... poner su voz, e intentar leer y escuchar con la misma intensidad...

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  2. Noemí Casas Freire6 de octubre de 2015, 14:24

    Olvidé agregar éste comentario, para que Ficciones no hubiese sido tan cuesta arriba tal vez le deberías haber agregado ¨la buena vista, la torta frita y el juguito¨ jaja. Igual me encantó la comparación...!

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  3. Si tuvieras la oportunidad ;)

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