sábado, 19 de febrero de 2011

El que tiene coronita…

Quizás no todos tenían, hasta ahora, la histórica noción de que el padre de la actual reina de Gran Bretaña sufría de tartamudez, pero sí seguramente, sabían que subió al trono luego de que su hermano Eduardo VIII abdicara en su favor porque se quería casar con una señora norteamericana que ya había estado enlazada dos veces, y que constitucionalmente, estaba mal que el rey hiciera semejante cosa. Como las cosas suceden por algo, y más que nada en las monarquías europeas, el rey Jorge VI estaba más preparado para ocupar el trono que su hermano mayor. Además, tenía que suceder que Isabel II fuera reina, para que suceda todo lo que pasó, socialmente hablando, con Lady Di, su hijo Carlitos y la tercera en discordia. Encima ahora, al susodicho sucesor, lo quieren hacer pasar de que tiene Alzheimer para que, en realidad, Guillermo su hijo ocupe el lugar como así quiere el pueblo (y evitar ¿rebeliones?).

La importancia de una buena comunicación
Un buen líder, sabemos, tiene que tener varias características para poder guiar a la masa, una de ellas es tener una natural oratoria donde convenza y haga sentir seguros a quienes lo rodean. Si la expresión no es clara, concisa y fluida, puede sentirse seguro de que estará en problemas, y pocos le creerán o para nada habrán sido persuadidos.

El tema en cuestión es que, de vez en cuando, el Duque de York (el excelentísimo Colin Firth), por un seguimiento protocolar tenía que dar discursos ante “el pueblo de su padre”, lo cual se volvía insoportable tanto para el propio orador, como para los oyentes. Su adorable esposa (la que conocimos como la Reina Madre), interpretada por la “oscura” esposa de Tim Burton -Helena Bonham Carter- decide buscar ayuda para tratar el problema de su marido, puesto que estos actos se volvían insoportables para todos. Ella encuentra un astuto “doctor” que lo ayudará con métodos poco convencionales, pero bastantes eficientes interpretado por un espléndido Geoffrey Rush.

Las señales le venían advirtiendo que Berti sería el rey, puesto que su padre se muere y su hermano se la pasaba de fiesta en fiesta, y además, estaba mucho más preparado que éste. Finalmente, por un lado, sucede lo previsto -su ascensión-, pero por el otro, se avecinaban tiempos de cambios y los ingleses estaban entrando derechito a la Segunda Guerra Mundial, porque la Alemania del innombrable de bigotitos estaba haciendo estragos sociales. Debido a dicho enlace, el famoso discurso final es aquel donde el rey tiene que explicarle a su pueblo que entrarían en guerra. ¿Cómo el rey, con sus defectos en el habla, convencería y le daría “tranquilidad” (qué paradoja) a su pueblo? ¿De qué modo éste podría transmitirles confianza? Con ayuda y perseverancia.

Quien diga que la película es mala o aburrida o que no le gustó, qué tenga cuidado, puesto que puede que tenga inexplicables razones. Este film reúne todo cuidadosamente: interpretaciones, guión (con acento aunque no le guste a la RAE), dirección, escenografía, música. Es una combinación perfecta entre comedia, drama, actuaciones y momento histórico. Los espectadores no se arrepentirán de ver semejante producto de calidad.

Curiosidad: parece que la reina Isabel II vio la película, y le gustó. 

2 comentarios:

  1. Es genial como suceden cosas magicas en todos lados, hasta en la realesa, buenisimo la tienen que ver!!!!

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  2. TODOS UNOS REVERENDOS HIJOS DE LA GRAN BRETAÑA

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