viernes, 11 de marzo de 2011

San Pedro, el pueblo que no quiere ser ciudad

San Raro, mejor dicho
Cuando comenté que me iría a San Pedro unos días, la mayoría advirtió que es “un lugar re lindo, re tranquilo y que la iba a pasar bien”. Pero a San Pedro le falta un poco más de tiempo para convertirse en una atracción turística.

El término que define a este lugar es RARO, sí, San Peter es extraño porque sus habitantes lo hacen así. Por ejemplo, en los tres días que estuve, la única iglesia que hay la vi abierta una vez, justo cuando los trabajadores de la misma echó a los feligreses dejándolos a obscuras (¿serán que son muy pecadores?). San Pedro tiene lindos lugares para comer, pero… (tomá nota si estás leyendo ésto y pensas ir):

Caso 1: Los Girasoles es un lugar simple y ameno que se llena de gente, es barato y rico… ¡Pero tardan 40 minutos en traer la comida! Caso 2: En el famoso bar Butti que data del año 1928, en vez de preparar salsa roja/tuco/fileto, como quieras llamarla, te la disfrazan con un caldito de verdura y encima tienen el lujo de mentirte en la cara diciéndote: “Está colada la salsa” (y tenía toda la verdurita flotando...) Caso 3: Los lugares no aceptan tarjeta, excepto el supermercado chino, y dos de tres bares que fui, no tenían jabón para lavarse las manos (tanto el primer lugar nombrado, como La Perla, la confitería predilecta que data de 1919 y que hace la famosa ensaimada). Caso 4: Si queres ir a Vuelta de Obligado a ver las famosas cadenas inauguradas por Christies en el Día de la Soberanía, te recomiendo que te consigas el número de teléfono de un remis, porque el colectivo que va hasta allá -19 Km. lo separan de San Pedro- tenía unos horarios estrambóticos, donde si querías ir 11.30, a las 19 hs. estaba de vuelta el bus para llevarte de regreso. Una cosa de locos, o quizás desinterés… Caso 5: La situación es la siguiente: un almacén, una sola persona atendiendo, una fila larguísima para comprar, y una osada clienta que le dice al vendedor “necesita una asistente”, lo cual recibe la fría respuesta de “¿Para qué? Que esperen…” .

En conclusión, los sanpedrinos bogan por el turismo, pero al turismo hay que servirle correctamente y cuidarlo. ¿O este lugar no está preparado para el avance turístico o no le interesa mejorar? ¡Ojo!, también hay que verlo desde el otro lado, o San Pedro tiene un problema de sincronización o el capitalino tiene una sobreexigencia proveniente de la ciudad que no puede bajar un cambio. Pero hay cosas y cosas.

Los animales y el alrededor…
Por un lado, el repelente es recomendable porque los mosquitos están a la orden del día, por el otro, hay que tener cuidado cuando estás comiendo al aire libre, porque los grillos saltarines andan a full por las noches, junto con las luciérnagas que estaban más prendidas que nunca. Ni hablar de las hormigas por doquier (parece que en San Pedro hay mucha abundancia, debe ser por eso que en el centro de la ciudad/pueblo había, como mínimo, 5 bancos diferentes, rarezas…). San Pedro tiene un cielo precioso, bueno, es el mismo en casi todos lados, pero La Luna brillaba por su ausencia. En San Peter abundan las heladerías y las librerías/papeleras, pero ojo, no hay un McDonalds ni un Farmacity. Quizás cuando llegue el símbolo de la globalización los despabile un poco, o no…

La gente es rara (y no digan que “es gente de pueblo”). San Pedro tiene unas casitas antiguas re lindas, bancos en las puertas de las viviendas, también llueve y después sale el Sol. Tiene un museo que se supone es importante, pero tiene un cuidado muy pobre, que no se merece. Tiene mucho camping, una barranca que te regala una vista fabulosa, pero no deja de ser raro. Después de todo, si uno quiere paz y tranquilidad, la va a encontrar. Pero si San Pedro es un lugar turístico, mejor andá a otro lado…

2 comentarios:

  1. SAN PETERRRRRRR, MMMMMMM NO ES PARA TODOS!!!

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  2. MMMMM sí anda para otro lado, pero si de insectos y animales se trata, no vayas para el lado de Cataratas viste, jajaja, y de gente rara ni que hablar... si querés te puedo dar letra...
    Ya las conocerás y sabrás de que te hablo...

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