sábado, 16 de abril de 2011

El felino que más te guste por liebre

Cuando somos engañados decimos frases como: “me vendieron gato por liebre”, “me engañaron como una sirvienta paraguaya” (sin ofender), y si conoces más expresiones podes decirlas en el sector “comentarios”.

Suele suceder que las críticas u opiniones tengan dos vertientes: que haya gustado algo o no, y de ahí sea recomendado o denostado. Sucede con las películas, con los libros, con las obras de teatro, las obras de arte, con los lugares, como boliches y restaurantes, que es el tema en cuestión.
La onda contemporánea es que se inventen cosas raras para que la gente pruebe y se divierta con la oferta. En este caso, hablaremos muy mal de un atípico restaurante que se encuentra en la zona “top” de Palermo Soho (Hollywood se le llama a aquel que está del otro lado de Juan B.Justo) denominado Tips.

Te reciben con un “¿conocen la propuesta?”. Si la conozco o no, explicamela igual. La idea es que comes y pagas lo que te parece por: el trago, la entrada, el menú principal y el postre (y una nota de bienvenida horrenda que te hacen leer para que te sea amigable el lugar). El %10 de lo que dejes es la propina.

Es el fantasma de un gato disfrazado de liebre que recorre Palermo… Es el espíritu inexistente de un prometedor y mentiroso restaurante en Palermo… Es el lugar “gastronómicamente morboso” donde juegan con los sentimientos de la gente, y su estómago.

Siguiente a la frase introductoria la camarera dice: “Y vos pagas como pagarías en cualquier lugar de Palermo”

Diálogo introductorio para conocer la persona que atiende y el ruido que se produce en el momento de la interpretación:

- ¿Qué van a tomar?
- ¡Fanta!
-¿Cepita naranja?
- (cara rara) “No, Fanta”
- (repetición de la marca de jugo)
-Ok! ¿Sprite?
-¿Tenemos Sprite? Sí, creo que sí…

Obviamente que no era Sprite, sino que era su archienemiga sabor “aspirineta” donde en algunos lugares se la conoce como TUP (7UP, bah). Cuando se le pidió a la camarera la marca famosa de la doble C, trajo la que empieza con P. Aunque ella afirmaba que estaba sirviendo Coca – Cola, porque ella estaba super convencida de que trabajan con esa marca.

Vayamos ahora a la descripción de la comida, partes por partes:
1. Previa entrada a la entrada: berenjenas insulsas, sin sabor, es decir, plata gastada al pedo, con crema y ciboulette, y pan enbizcochado.
2. Entrada: ensalada mediterránea con rabas = mucha lechuga, cuatro rodajas de tomate, 4 mini rabas y quesito rayado.
3. Plato principal: pollo sazonado al gas, fideos crudos y papas supuestamente rústicas. El menú consistía de 7 platos, y la camarera no supo explicar lo que era el ratatouille (“Algo con verduras, CREO”), ¡¡¡eso dijo y se puso adelante de la ventana a ver la calle!!!. No es muy difícil ponerle onda y saberse el menú, no es muy difícil tener onda en el trabajo, pero en Tips contrataron zombis que no sabían donde estaban paradas, porque tenían cara de desencajadas y de perdidas.
4. Mejor no probar el postre.
5. ¿Me traes el sobrecito? (porque la plata se deja ahí dentro). Lleno de vergüenza y decepción dejas lo que te dice el corazón, aunque la razón te dicta que tenes que patearles la cabeza por hacerte creer que el lugar es “interesante y original”.
6. Y la comida te termina cayendo mal, sino superaste el momento de donación… 

Obviamente que el lugar no es de los más recomendados, pero sobre gustos...

 

4 comentarios:

  1. Buenisimo para leer con un Milanta al lado.. Tenés mucha razón!!! Genia Bar!

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  2. sospecho cierta suspicacia en tus comentarios y llego a la conclusión de que la comida era una re cagada y que te la hicieron pagar como si fuera en el Bulli... a estos listillos hay que mandarlos al frente de esta forma para que se enteren de cuantos pares son tres botas

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  3. Como te entiendo!!!. Pero no es el único lugar en el cual te toman el pelo...
    ¨Cinema¨ ubicado en av. Santa Fe y Callao te sirve un capuchino con gusto a leche cortada con un toque de café, eso es todo, nada de canela ni chocolate rallado... para ellos el capuchino común consta de leche asquerosa con un toque de café (también asqueroso) sin más, y lo único que diferencia un capuchino de un simple cortado es la taza... ¿Cómo es eso?... Me quedé lacia, es la primera vez que escucho semejante insulto hacia el exquisito capuchino común y corriente, ya que ellos insistieron que el que lleva algún agregado es el capuchino italiano... (cuando este consiste sólo en sumarle un toque de algún licor y crema de leche)... sin palabras.
    Es decir, que en las máquinas de café donde se diferencian todos los gustos a elegir, deberían darnos distintos vasos para cada cosa que queremos beber. Todo esto sin contar la masita que pedí, la cual consistía en un cañoncito relleno con dulce de leche, algo tan simple como eso, pero que era del año pasado, seco y duro como piedra y gusto de haber sido servido en la ¨última cena¨. Ok!. Ya entendí, a la hora de salir a disfrutar un buen momento con amigos, tomando o bebiendo algo, deberiamos primero averiguar si es un lugar serio, o es un sitio sólo para pelotudos, estafadores y sin vergüenzas... como ellos, sí sí, como todos los que atienden el lugar, desde los mozos hasta los encargados y porque no los dueños, que son los que deberían contratar personal eficiente, que conozca sobre gastronomía y afines. Todo esto sin explayarme a cerca del maltrato que manejan como pez en el agua... Aquello de que ¨El cliente siempre tiene razón¨ no corre más, sólo salga de su casa y apróntese a ser tratado como un imbécil. Así esta el patio señoras y señores... Que la pasen bien!. Ya saben de dos lugares para borrar de la lista de opciones a la hora de pasar un buen rato.

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  4. mejor descripcion imposible!!!!

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