Lamentablemente, las paredes exteriores de
los edificios públicos y privados, son blanco de grafitis de toda índole. El
hospital Rivadavia, el cual parece un orfanato abandonado y su aspecto requiere
de otra entrada, fue pintado hace unos meses atrás, y un sector de él, como también
lo hicieron con el hospital de niños, les fue dejado a varios artistas para que expongan algún simbolismo o personaje de la ciudad o del país. Todo el trabajo realizado, ha quedado muy lindo y, por suerte, ningún vándalo se ha
atrevido a mancharlos.
Pero la imagen que se muestra a continuación,
no tiene nada que ver con el acervo pictográfico que vemos al pasar, sino que
tiene que ver, con el vándalo que ha decidido tomar un pedazo de la pared recién pintada
para expresar un trozo de su ideología…
Yo le llamo pelotudez! y de la buena eh!
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