3 películas conectadas con
la muerte. Pura coincidencia del destino, quizás. En una, los protagonistas no mueren,
en la otra sí, pero en la otra ya está muerto…
La primera de esta
arbitraria y particular trilogía seleccionada que vi hace un tiempo es Que se mueran los feos (año 2010,
dirigida
por por Nacho G. Velilla). Una pieza realista, llena de malicia y cierta inocencia producto
de la ignorancia pueblerina. Protagonizada por Carmen Machi (la grandiosa Aida) y Javier Cámara (Hable con ella). Divertido y emocionante
film, donde dos seres que se conocen y se desconocen a la vez están destinados
a estar unidos por una condición. Imperdible, graciosa y tierna. Eres tú… bien feo.
La segunda y la tercera que
vi en un mismo día, y que están conectadas por una actriz, Macarena García,
son: Blancanieves (2012) del
gran reconocido y aclamado director Pablo Berger y Están todos muertos (2014) opera prima de Beatriz
Sanchís.
La primera, super recomendadísima, es una visión y
gran versión de la clásica Blancanieves, pero contextualizada en España y basada
en el cine mudo. La película ganadora de varios premios bien merecidos, entre
ellos el Goya a la mejor película, está muy bien realizada en la fotografía, en
la música hecha por hecha por Alfonso Vilallonga que es
muy importante en este tipo de películas, en la elección de los actores de gran
nivel y, por supuesto, la dirección. Actores de gran talla como: Maribel Verdú,
Ángela Molina y Daniel Giménez Cacho. Esta es una Blancanieves que adoraras,
porque está más allá de la fantasía infantil y porque es la más real de todas.
La última película un tanto
fantasiosa, pero realista a la vez, está protagonizada por Elena Anaya (La piel que habito). Excelente
interpretación sobre una mujer un poco ausente de la vida real producto de la
muerte de su hermano, caracterizado por un buen actor argentino de exportación Nahuel
Pérez Biscayart. Si bien ha recibido buenas y malas críticas, estas últimas quizás
por el modo en que está desarrollado el guión, donde algunos creen que se dejan
ciertas historias a la deriva, desde mi punto de vista está dirigida de un modo
donde los protagonistas te atrapan y te meten en su mundo perdido y hace que te
encariñes de una manera tal que aprecies la idea de la trama en sí, donde el
pasado y el presente se mezclan para que el futuro sea mucho mejor. Esta
comedia dramática es autentica y original.
Si bien el genial Almodovar
dijo que “ser director de cine en España es como ser torero en Japón”, los
españoles no dejan de sorprendernos en calidad y producto. Grandes ideas, grandes
intérpretes, grandes momentos. Y olé.
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