miércoles, 8 de diciembre de 2010

Lo bueno dura poco… Pero se lo recuerda bastante


Hace 30 años un loco desquiciado silenció una voz, apagó una ideología y terminó con la genialidad de un ser soñador amado -por muchos- y odiado -por pocos- en el mundo: JOHN LENNON.
Esa innombrable persona no grata, a quien no le permiten salir de prisión por estar considerado “peligroso” como para reinsertarse nuevamente en la sociedad -creo que lo hacen para que no lo revienten a patadas- finalizó con muchas ilusiones. Aquellas personas que seguían con fanatismo a John Lennon quedaron ahuecadas en el alma, para siempre, por culpa de un insano que, probablemente, en su vida volverá a ver la luz.
Aunque haya pasado mucho tiempo de su éxito con Los Beatles, de su vida amorosa con Yoko y de canciones como Imagine, todos los días nacen fanáticos del señor de anteojitos redondos que bogaba por dos de los principios más importantes: el amor y la paz mundial. Lennon será recordado en su integridad, sin olvidar que el mal nunca debe triunfar sobre el bien.

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